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lunes, 12 de septiembre de 2016

Paraíso


¿Los perros van al cielo? No lo sé. Pero como con los seres humanos, se les recuerda y se les rinde culto. Ayer descubrí uno de esos lugares. Sorteaba los senderos de un parque del que no pienso desvelar el nombre, es mi secreto.

Me he vuelto misteriosa. De repente. Anoche me acosté queriendo gritar su nombre pero hoy adoptó la postura del silencio, pero una curiosa curiosona como yo, no puede evitar mostrar al menos algunas pinceladas de ese lugar que me hizo esbozar frases del tipo: "Qué bonito" alargando mucho la última o.

En ese árbol que veis en la fotografía hay cintas, y en ellas, mensajes de despedida, de cariño y de afecto por un can.


Las personas que disfrutamos con pequeñas cosas dicen que somos más felices. ¿Tú qué opinas?

Leyendo el mensaje de una niña a su primer amor de cuatro patas (literal)


Pues que las pequeñas cosas pueden ser tan dispares, ¿verdad? Depènde del ser humano en el que nos fijemos. Para mí, caminar entre árboles, lavanda, romero, observar a unos patos salvajes, cerrar los ojos y tomar el sol, es un pequeño paraíso.

La buena compañía también es necesaria. Y una vez más volvemos a los amigos. ¿Cómo se puede vivir sin ellos? 

Para mí son mi segunda familia o la primera. No pienso entrar en esas comparativas. No procede.

¿Hace tiempo que no te ríes hasta que te duelen las costillas? Los niños ríen mucho. Y cuando pelean entre ellos, a los cinco minutos han hecho las paces y enseguida comparten juegos. Luego crecemos y nos echamos a perder.

Pero, a veces, esta jodida vida (como decía Galeano), te golpea para ordenar las cosas en tu cabeza y apuestas por el derecho a ser feliz, por el derecho al delirio. Pero no como el genial uruguayo veía como una utopía. Sino como algo REAL.

Los "problemas" de gente conocida que se ahoga en un vaso de agua, no te angustiarán el día, de hecho, no les darás oportunidad ni para que abran la boca porque tu tiempo se volverá oro. Y ese oro lo querrás compartir con menos gente. 

Defenderás tu derecho a la calma. A saborear instantes. Un baile. Un paseo. Unas risas. Una conversación.


Apuesto por los valientes que confiesan ser débiles

Me quedo con las personas que te hablan a la cara y evitan el teléfono móvil (sobre todo si viven en tu misma ciudad)

Elijo comer sandía en vez de caviar

Ver una buena película mil veces, que una mala que me vendan como buena

Apuesto por un abrazo largo

Me quedo con un mal día que se transforma en uno bueno

Abrazo a quien sufre y me guiña un ojo y sólo te cuenta con la mirada

Y apuesto todo a la improvisación. A planear lo justo y necesario.

Rodearme de gente que si bien no sabe quién es, al menos no interpreta un papel


A mí no me hagas caso, que mis consejos valen lo mismo que hacer una raya en el agua, pero: llora cuando te apetezca, acércate a quien te agrade, no lo dejes para mañana, mima tu cuerpo y tu mente. 

Si estás rodeado de personas negativas, sonríe por dentro y por fuera cuando no miren.

Buena semana.

Joana Sánchez González




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2 comentarios:

  1. Ciertamente, los pequeños detalles de la vida son como regalos que hacen la vida más agradable, incluso en los peores momentos o más difíciles, saber valorar y apreciar algo que en muchos casos pasa desapercibido.

    Quizás en mi caso también la visión fotográfica, pero importa también la sensibilidad de sentir las cosas. Saludos

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  2. Hola Oscar, más vale tarde que nunca. Gracias por tu comentario. Ultimamente no me paso por aquí :) También me gusta la fotografía y cuando hago fotos me da la sensación de que me vuelvo invisible, eso también me gusta.

    Un saludo

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